marcia

P: Cuéntanos sobre tu paso por smyal:
A: No había hablado con mis padres en ese momento, y no estoy seguro de cómo logré ir al centro cada semana sin que ellos supieran adónde iba, pero SMYAL me brindó un gran apoyo en mi adolescencia. Aprendí a estar orgulloso de mi sexualidad, a ser activista y, probablemente, lo más importante, a confesarlo a mi familia. Muchas gracias por todo. La gente que trabajó allí, los voluntarios y los compañeros jóvenes fueron increíbles.

P: ¿Dónde estás ahora?
A: Vivo en Seattle donde trabajo como maestra de quinto grado. Estoy casado con una mujer maravillosa y tengo un hijo de 20 meses.

P: ¿Qué consejo le darías a la juventud smyal actual?
A: Él. Obtiene. Mejor. Y gracias a Dios por los adultos que se preocupan.

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